lunes, 17 de octubre de 2016

CII

El colibrí de las nueve está desbordado de luz
la enredadera florece y trepa hasta la reja
y hay tanto sol en el balcón que no se ven los brotes
excepto los que pica el pájaro furioso y pequeño
que nada ve porque sólo vuela y chupa y huye de mí

El calor está tejiéndole lluvias a mi espalda
y yo veo sólo una brizna de plumas espantadas en un muro
porque quisiera ser tan diestro como eso
y regarme de olvidos y escaparme como el pájaro de mí un rato
y pensar en el aroma dulce del hijo que besa y me olvida
y abrazar cenizas que me dejaran sucio de algo