Los que se arropan en los llantos tenues de sus niños
para escapar de la tempestad de la vida
Una Madre vale más que una cita
y un compañero vale más que el llanto solitario del torpe
Quien tenga mareas para revolver la mugre del abandono
o furias desatadas que ignoren las paz imbécil de la casa propia
que venga a refugiar su amor en mi dolor
Pero
quien crea que es más bello mirarse en el reflejo de una ventana
plácidamente arrullado por sus mujercitas bobas
que se abstenga de mí
Hoy es necesario desatender sirenas
En mares crespos los que reman viven
y los que añoran mueren
No hay mucho secreto
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