jueves, 30 de junio de 2016

LXXI

No hay dos ventanas iguales en el edificio que se ve desde este escalón
Mareado como estoy
Resucitado y sólo
Solo puedo pensar que la vida duerme detrás de alguno de esos vidrios

Todo difiere de todo
Yo
(Perdón por la palabra)
Soy otro de mí
Y veo a esta hora (son las ocho)
Un enjambre de ventanas que me espantan
Sólo porque no son iguales

Pasa un coche
Pasa un perro
Y una moto me castiga de humo

Pero los ojos de los duendes me dan un miedo peor

Tenía Razón Federico
Todo está torcido
Menos los ojos

Habrá que ponerse lentes nuevos
Que vean todo mal

miércoles, 29 de junio de 2016

LXX

Lirios y duendes nos maltratan cuando resonamos en la esquina
Te doy un beso
me das la mano
no sabemos qué va a ser de nuestro frío
pero caminamos hacia allá
y allá es cualquier lado

Tengo un secreto
nada me gusta más que cruzar la calle a tu lado
el apuro es una excusa porque vamos al mundo
y hasta el negro ese que vende camisetas
sabe que te quiero

Te confieso que tengo miedo de morirte
si dejaras de verme te apagarías de a poco
yo lo sé
yo lo sé y me asusta tu risa
No te rías más
No me quieras así
No me quieras

Mi espera está demasiado llena de lágrimas
pero en el borde de la desesperanza
el olor de tu cuello rescata pájaros y flores
y lo que migraba vuelve
y se duerme en el ombligo

Te quiero
Te hago nube
Te escribo

martes, 28 de junio de 2016

LXIX

Se abre una vez la puerta
No hay más que yo
(Es mentira)

Todavía resuena la noche
Y estoy tan solo

Quisiera naufragar más heroicamente
Porque limito conmigo en la vereda
Soy un náufrago tonto
Solo como el grano
Dispuesto a rumiar rutinas frías

Mis hijos duermen
Y la vida escampa
Huele a jazmín la madrugada
Pero es mejor servir de luna
Que entregarse a un aroma tan falso

Ella
Tiene sus ojos fijos en una pesadilla
Y yo
(Qué estúpido hay que ser)
Soy el que cruza Ángel Gallardo
Como si eso fuera algo

No hay más que yo
Y tal vez el dulzor de un futuro incompleto
La noche resuena
Y estoy solo

martes, 21 de junio de 2016

LXVIII

Te quiero tanto
Tanto
Que dejaría días la bombilla del mate sin lavar al lado de la pileta
Tanto
Que sería capaz de soportar tu tenebrosa manía
De dejar que el queso se seque en el cuchillo

Debe haber algo en tu piel
que me reduce a la esclavitud de cerrar todo con llave
Aunque me parezca enfermizo

Acabo de salir de casa
Y dormías dos veces
O tres

Te amo de un modo tan ridículo
Que cerré la puerta y empecé a extrañarte

Hay dos niños al lado de tu sueño
No te los di ni me los diste
Sólo duermen al costado de tu furia inclemente

Te quiero con tanta obstinación
Que me fui tranquilo a vagar por el parque
Y cuando pasaba por el Observatorio entendí
Que había algo de luna en tu espalda

Vamos a envejecer de amor
O al menos de besos

domingo, 19 de junio de 2016

LXVII

Ya no recuerdo si era julio o diciembre
Estábamos tratando de cuidar con celo la memoria
(creo)
Yo bajaba corriendo el lomo de la plaza
y ella simplemente me miraba caer

En el fondo estaban los días vacíos
pero bajar la loma era tan parecido a ser feliz
que no importaba

Hubo un día, entonces,
en el que fui el hijo que valía la pena
porque valer una pena es eso: reír de todo
hasta del desprecio

Creo que era noviembre
pero pudo haber sido cualquier día
De hecho
fue siempre

Hoy ya no hay besos a la vuelta del periplo
ni hay madre ni hay hijo

La vida se resume en bajar corriendo por el pasto
ensuciarse la remera y volver a subir
abrazar a alguien
y que eso quede clavado en el llanto

lunes, 13 de junio de 2016

LXVI

Esta tarde huele a beso en la higuera
y al paso pequeño de nuestros hijos en junio

Si muriera en este momento
encontrarían en mi autopsia un color de ojos verdes
y sonrisas de pájaro silbando la noche

Tanto te quiero
tanto me abriga tu nombre
que en este invierno sin días puedo andar desnudo por la vida
y debe ser porque le diste ríos a mis horas
y semillas de mí a la tristeza derrotada

Ya estoy saliendo para casa
y sé que me van a estremecer los bríos anónimos del cielo

Pero al final estás vos
y están mis brotes espantados y dulces
enormes como lágrimas de siglos

Si sólo me acurruco en mi costra cuando llegue
es porque tengo ese sueño tremendo que a veces me vence
pero sé
siempre sé
que tu piel de nubes me cuida mientras duermo

lunes, 6 de junio de 2016

LXV

Un lunes de junio mataron al hijo torpe de María
y de tanto reírse se les cayeron los ojos a los deudos
pobres diablos sedados por el frío
que acurrucados en sus brazos de nadies
golpearon las paredes con espasmos
hasta quedarse dormidos

Y el pobre
el desdichado hijo abandonado y muerto
se revolvió en sus huesos y cantó llorando
una copla tan triste y oscura como el maíz
que decía:

Vale menos la vida que la pena
y la pena vale menos que la espera
y la espera menos que llorarse
muerto entre girasoles
Y el que se ríe del dolor de otros
vale menos que todo
menos que el grano de arena
que sin valer nada
pincha y quema el pie de lo que vale
como una aguja feroz

Este año
están creciéndole espinas a la vida
y yo
recortado en el borde de las horas
trato de vestirme con pétalos de algo
hasta que pase el invierno