La mañana imprevista de este enero
Le cabe en una mano a la tristeza,
No hay estrago mayor que la tibieza
Para moler en granos un te quiero
Será que al que madruga Dios lo espanta
Con la amenaza del día indescifrable.
Será que la belleza es despreciable
Cuando un pecho feroz no se levanta
Se cierne un cielo duro sobre el día
Sin rastros de cariños ni porfías
Ni aromas aún lejanos de reposo
Es húmeda la piel de por sí quieta
Y no le cabe amor, ni miel, ni gozo
A su cruel porvenir de marioneta.
Le cabe en una mano a la tristeza,
No hay estrago mayor que la tibieza
Para moler en granos un te quiero
Será que al que madruga Dios lo espanta
Con la amenaza del día indescifrable.
Será que la belleza es despreciable
Cuando un pecho feroz no se levanta
Se cierne un cielo duro sobre el día
Sin rastros de cariños ni porfías
Ni aromas aún lejanos de reposo
Es húmeda la piel de por sí quieta
Y no le cabe amor, ni miel, ni gozo
A su cruel porvenir de marioneta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario