domingo, 31 de marzo de 2019

CCXXVI

Hecha de palabras como el mundo
Como la suerte que corre
Y el agua de la vertiente

No se ven sus ojos desde cerca
Sólo se dicen
Porque nada se ve, nada hay
Más que un suspiro que va y viene
Y se entiende de golpe
como el amor desgarrador de agosto

Si caminara solo hasta mi casa
Si la quisiera menos
Tal vez se haría brasas la madera
Con la que se yergue el pino que la nombra

Pero es posible que ni un nombre sea
No hay nombres en la tierra
Ni es de palabras que se hace un aroma
Es posible
Que llamarla y matarla sean lo mismo
Y pensarla es inútil
Porque el olvido está hecho de silencio
Y el silencio es el destino de todo

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