Alguien le pintó esteros en la vida
Al pájaro sutil de vuelo eterno
Y días percudidos por desconsuelos sin cura
Que se arrebuja como puede en su silencio
Mientras le trinan los ojos de melancolía
Y la tarde le cae sobre la espalda
Como seda que duerme sobre un cuerpo húmedo
Alguien tuvo que dejar descansos en su camino
Para que le crecieran besos en las alas
No merecía errar por muertes ajenas
Ni deshacerse en sí misma
Como una sombra de mediodía en enero
Alguien abrió la boca
Y le cantó una nana susurrando
No te canses de mí
Que Arrugo soledades con los labios
Y cruzo desiertos para ver el agua
Donde beben las aves abandonadas
Y se lavan la pena
Con la promesa de un mar que las espera
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