viernes, 18 de marzo de 2016

LVII

Soy una brizna de luz entre las piernas del duende
Ella me mira indescifrable detrás del cristal de su vida
y la quiero tanto que me duele tocarle las mejillas

Por mi cueva seca y oscura
pasa de vez en cuando la luciérnaga torpe del mar
y por pura inercia la imagino triste
a ella
la mariposa de lentes que me silba
queriendo que un abrazo la rescate de algo

No es cierto que el tiempo cure
El tiempo
normalmente mata y desgarra

Me dejaría vencer por sus mentiras
y hasta sería feliz si decidiera engañarme

Ella no sabe nada de mí
y yo la cobijo entre mis penas

Es probable
que un día de estos le diga lo linda que es
y ella sonría

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