miércoles, 31 de agosto de 2016

XCVII

Las calles de Buenos Aires no tienen esquinas
terminan donde quieren y empiezan en las pestañas
Abro los ojos y estoy en algún lado
y camino para desbordarme de primaveras
y la calle siempre sigue

¿Quién le cose los bolsillos a esta ciudad espantosa?
Meto la mano en un hueco
y siempre hay una llave perdida
que abre la puerta del otoño
Y yo
que quiero tener frío
no encuentro ni la llave ni el agujerito que la hizo paloma
a la llave
que abre las puertas de la vida

Hay que dejar de buscar luces
el olor es la respuesta al acertijo de la pena
Oler y caminar
hasta que sangren los pies
Y querer
querer porque sí, porque somos tibios
Y sin ella
sin él
No soy nada de nada
No somos nada de nada

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