viernes, 17 de mayo de 2019

CCXXVIII

¿Qué te hizo el mar
que llegaste tan sola
a empezar a morirte
tan pronto,
a desvivir de a poco
sin pena siquiera
por el desamor de un beso
vacío y mustio?
¿Qué te hizo el tiempo
siempre descorrido,
siempre demasiado,
para exiliarte así
de toda caricia?
¿Tanto duele un nombre?
¿Tan difícil es irse
del silencio de otros
a una casa más tibia
aunque sea un rato
para no estar sola
con tu deseo infinito?
¿Y yo?
¿Dónde quepo?
¿Quién puede quererme
si mi patria es tu pena?
Debería perdonarte
quererte al menos;
Pero no me sale.
Tu viaje terminó conmigo
y la vida es irreversible.

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