Oigo que duerme
porque no la oigo
y que se abriga
en el regazo del día
posible incierto amenazado
porque la madrugada es breve
y temible
Otra mujer
más extraña y marítima
murió espantada
y no dormía
Dos noches hicieron falta
para velarla en vano
incomprendida
por su lengua extinta
y yo la oía
mientras moría
tardando tanto
que se partió en tres colores
azul de pena
violeta de presagio
y rojo de luna
Todas las mujeres
van a dormir por pánico
unas se mueren y listo
otras suceden
y vuelven
y bailan
y se pierden
y laten de odio
pero despojadas
y enormes
Mañana
ya no les importa
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