lunes, 25 de julio de 2016

LXXXVI

En un lugar desnudo de julio abracé recuerdos que no estaban
Ella era semilla de los higos de febrero
y del ciruelo de diciembre que siempre tarda un poco

Pero de mí
de mis llantos de agosto no nace nada que no esté envenenado
y por eso preferí ser sombra
sencilla penumbra rubricada en cartas escondidas
que tiradas al arroyo siguieran un camino imposible
y que valieran tanto una chancleta como la resurrección del beso

Ahora
tanto podría ser eternidad de abrazos como abandono
porque a la puerta de lo bello le falta un gozne
Abre hasta la mitad y se disculpa
y quienes lo saben
la quieren hasta sangrar o la matan de pena

Me recuesto en el lomo de una mora que se espuma
Me echa da allí hasta el verano
y es indiferente (ella, la mora sangrante) a las caras que sueño

Te quiero
Te quiero como se quiere al hijo inmaculado
y al silbido resplandeciente del colibrí en la parra

Pero tenés que saber que es tarde para todo
Ya estoy viejo de lunas y de flores
y lo más probable es que me muera antes
de que me quieras igual que lo que yo te quiero

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