Estoy
desembocando manso en una burbuja de sueños. Ya no me caben las penas en
las manos y por eso las suelto en pantagramas limpios de pasado.
Yo
sé que parece críptica mi apelación permanente al desvío; pero creeme
que no me escapo de nada, simplemente trato de poner por escrito un
color, lo cual es imposible sin rodeos. Por acá todo se pinta de lluvia
en ciertas horas y, por mucho que me duela, brillan soles insospechados
en ciertas horas del día.
Quisiera
tener tiempo para responderle a mis fantasmas; pero me hablan tanto, me
cuentan tantas historias contradictorias, que anochecer es difícil y
despertar es temerario. No tengo tantas brisas en mi bolsa de ayeres; y
la mayor parte de lo que vuela acaba deshaciéndose de mí, tal vez porque
no había tantos abrazos por acá como para tentar a otros.
Hoy
solté una tempestad a eso de las cuatro. No pasaron segundos que ya no
había ni sombras de lo que fui. Y en medio de estas tristezas miro una
foto que cruje de distancia. Creo que ni hace falta decir que hasta lo
evidente está roto de memoria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario