martes, 12 de enero de 2016

XXXIX

Trepé en el rastro que deja el arroyo
La lluvia supo desdoblar el pliegue que la quietud le hace a los pies
Y allí arriba
Donde ruge la creciente que nos viste
había pasionarias en flor escondiendo los frutos
y una letra de copla que se moría en el camino


Te busqué tantas veces en el agua
que ya no distingo los bordes de tu perfil en la corriente
Olvidarte es imposible
y encontrarte no se puede

Por si acaso
pensando que podrías ser el intervalo entre mirar y temer
fabriqué tus pies en un arbusto espinoso
y le corté la rebarba al recuerdo

Doy testimonio de lo que se perdió en diciembre
para que enero me restituya la risa mansa
Pero el calor no siembra
Y la sal de una lágrima alcanza para derrotarnos

Cuánto te quise
Cuánto te quiero
Cuánto me espanta esta cosecha de olvidos

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