sábado, 12 de diciembre de 2015

IX

La noche
le teje tantas llagas a la pena
tantos tajos le abre a la boca descuidada
que hoy
hoy que es noche y que una muerte se acomoda en la sala
veo desde mi atalaya de eterno agonizante
cómo se envuelve mi dolor sin tregua
cómo se aprieta
y le quiebra los huesos a la única sonrisa que me queda

Busco desde la cruz los ojos negros
y desde el ataúd el pelo claro
de la doble hembra en celo que me abandona
la doble mujer morena
la doble niña dormida

Corazoncito triste qué poca suerte
haber nacido dulce para la muerte

Y en una esquina
la misma que cabe en humo y en lágrimas guardadas
la sombra se parece a mí
ya derrotado
ya humillado por el doble filo de una melancolía enquistada en los dedos
y dado al recuerdo enano que llena de distancia los besos
el recuerdo que punza que envenena
el único posible

Corazoncito viejo qué cosa triste
haber quedado ciego cuando naciste.

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