lunes, 14 de diciembre de 2015

XXVI

Hago mímica enfrente de un charco
y de tanto en tanto me quedo quieto y veo lo que había

Recordar la cara propia es un ejercicio fértil
el tiempo está dibujado al costado de los ojos
y sólo por accidente en los pómulos

Por eso, hacerle muecas al pasado no está mal
la vejez se detiene en la lengua menos que en los ojos
y reirse es como orar
como ritualizar la memoria de golpe

Hago mímica y hablo
la voz es más esquiva que la luz
y el olor es imposible de recordar

Me desentiendo entonces de transpirar por un rato
Sólo gesticulo, canto, reverbero

Y en medio de ese acto incompleto de reconstrucción
me llega una espalda casi plena
y yo, retenido en el surco de mi letanía
me veo más completo en otro cuerpo que en este

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