sábado, 19 de diciembre de 2015

XXXIII

Soy el celador de la risa otra vez
lamento desconocer el modo de infiltrarte en la vida
Ya pasó demasiada gente temblando de miedo
y lo único que puedo admitir esta noche es el recelo

Tengo tantos ojos guardados en mi caja de ayeres
que aun si quisiera no podría mirarte
pero ni siquiera lo estoy considerando

Mi único escondite está detrás de esta silla
No tengo más huéspedes que esperar
y te pediría a gritos que te fueras de mí
hasta muriéndote me estorbarías

Hay ratos que se tejen turbios en la pena
y menos por menos no siempre suma algo

Secate las lágrimas
y dejame despedirme en paz de mi ternura
Ya no me gusta este rito incomprensible
Querer es otra cosa
y ni siquiera se parece a esto

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