miércoles, 16 de diciembre de 2015

XXVIII

Menos mal que a la nieve de abril le faltaban desgracias
Si te hubiera dejado mecerte ese día en las manos de mi niño
hoy seríamos sólo espinas buscando sangre
o peor
espigas de julio rociadas en veranos de otros

El agua del sur recoge demasiada memoria
Si hubiéramos subido un poco más habríamos visto demasiados recuerdos
y eso nunca es inofensivo

Vayamos entonces de nuevo a la noche que desató esta pena
y veamos si es posible recomponer esa payasada mentirosa
que partió en dos la vida

Un cielo sin nubes es siempre sospechoso
Mejor es atarse a las tormentas sin cielo
porque las máscaras dejan máscaras como huella
y en tanto descalabro
hasta dejarse morir de pena parece mejor que la esperanza

Crucemos los dedos
El trigo está maduro detrás de la puerta
y hasta el miedo se ha ido espantado de esta brisa nueva

Lo que se mueve es el tiempo
y eso nunca
nunca
deja a la sangre en paz

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