viernes, 13 de septiembre de 2019

CDLVIII

Hasta que el aire te enfríe la espalda,
hasta que sea el sol tu luz temprana,
hasta que exista el día de mañana,
hasta que el viento baile con tu falda,

hasta que tenga manos y palabras,
hasta que exista el próximo segundo,
hasta que seas trazo en este mundo,
hasta que un único capullo se abra,

Será imposible desamar siquiera
tu faz más cruda, tu peor castigo,
serás amor, dulce dolor, testigo

del la posible y tersa primavera.
Pero se me hace astilla hoy tu belleza
y es mortal tajo el día en la tristeza.

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