martes, 3 de septiembre de 2019

CDXXXIX

Traje del nicho un beso
licuado en apretones
mordido hasta la sangre primitiva
y no estabas más

Si te doliera el ansia suplicada y desmedida
nos serías tan grácil
como si el juego del jazmín enamorado te resultara plácido
al tiempo que yo muero de a segundos
roído por voces verticales
punzantes como estalactitas de lágrimas

Si la carne te sobra
¿quién puede menos que yo robarte una mirada?
Yo
ardido en siglos de espera
abandonado a empujones por las hadas y los duendes
¿cómo haría para vociferar mi tristeza
si toda está en tus ojos?

Ay del espantapájaros sin cuervos
marcado por su porte infame
inútil para nadie
crucificado en su sombra extendida en atardeceres infinitos

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