viernes, 1 de noviembre de 2019

DLII

Vas a caer del borde del ala de la abeja
débil pétalo de sangre perdido en miel con almendras
en dulce de naranjas cocido sobre la piedra
Caer derogada de mi ombligo hacia la tarde giratoria
como la garza reflejada en la laguna estática
o la luz de la estrella ponzoñosa que espanta las lagartijas

Vas a caer riendo con el pelo negro hecho espora
con la nariz pegada al aire seco de la ciudad perdida
y esparcida como incienso de lavanda en la noche sudorosa
¿Llegás a imaginar apenas una parte del calor de mi lengua?
Vas a encontrar asilo aunque parezcas cristal amanecido
en la espalda inconclusa que reclama las palmas de tus manos.

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