De la sombra rugosa del cerezo
al húmedo espinal de la frutilla,
corretea el pequeño como ardilla
y se purga la infancia de otros rezos
Pero existen los años, los otoños,
y la vida se muestra sin ambages
no hay petate adecuado ni equipajes
que impidan fenecer cada retoño
Ya no hay obra a seguir, ni partirura,
ya no queda palabra consistente
que dé sentido al mundo que perdura
De nacer y morir se trata todo
en el medio lo que hay es inclemente
pues espera el no ser, de todos modos
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