viernes, 22 de noviembre de 2019

DLXXXIX

¿Seré el pensamiento de alguien, exactamente ahora?
¿De quién, por qué?
¿Eso me dejaría más o menos solo?
Pienso en tanta gente, tantas caras, tantos labios,
¿Seremos coincidencias ya, en este segundo?
¿Importa ser pensado?
Pienso en mis hijos, que hoy no están,
¿Piensan mis hijos en mí? ¿Deben hacerlo?
¿No debería ansiar que no, liberarlos de mi deseo?
Pienso en espaldas, en ojos, en voces y sonrisas
¿Me corresponde alguna, hoy, ahora, ya?
¿Existo en serio si nadie me piensa? ¿Alcanzo?
¿Cómo huele quien pienso? ¿Qué sabor tiene?
¿Es tibia como quiere mi boca?
¿Hay alguien ahí, siendo yo?
¿Será que fui bueno, que fui leal, que dejé algo?
¿Y si no?
¿Y si sólo pasé como un aire de orilla?
¿Y si fui tan torpe, malvado y pequeño como un suspiro
que le duelo al recuerdo?
Pienso en mi cerezo, en mi guindo, en mi arroyo
¿Y si morí ahí, hace mucho
cuando todavía la felicidad era una fantasía posible?
¿Seré el instante de alguien?
¿Y si fuera un orgasmo ajeno?
Pienso en mi madre, en mi padre
¿Habrán pensado en mí, al menos una vez?
¿Y si simplemente me dejaron ir a buscar una vida?
¿Y si nadie me quiere?
¿Algo vale la pena, si acaso no?
Pienso en mí.
No me alcanza.

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