viernes, 15 de noviembre de 2019

DLXXIV

Iniciemos una campaña para erradicar la frase "hacer el amor", referida a cierto tipo de acto sexual. Ese acto tiene nombres precisos: cojer, garchar, culear (si sos cordobés), ponerla, que te la pongan, chupar, si no hay nada que poner (o si lo hay), darle... qué sé yo; miles. Parece que agregar la palabra "amor" le da al acto una cierta respetabilidad, como si la necesitara. A ver: Si el amor es algo que se "hace" (hay quienes dicen que sí, con buenos argumentos y quienes sospechamos un poco que no, con argumentos algo peores), no se hace metiendo una pija en una concha, o en un culo, o en una boca, o una concha en una boca, o en los dedos (y todas las variantes que se les ocurran). "Garchar" es tan digno como "hacer el amor" y además tiene la ventaja de señalar un acto concreto. Si llegaste ahí, a coojer, es porque al menos algo de amor ya habías "hecho", o porque pagaste o te pagaron, lo cual no cuenta para esto, o sí, ni me importa. En los hechos, suele suceder (muy frecuentemente) que cojer sea exactamente lo opuesto a "hacer el amor": salís con un tipo, con una mina, con une trava o con quien quieras; estás recontra re caliente (o sea, al menos tu cuerpo está enamorado); vas y cojés y te preguntás quién carajo te mandó a meterte ahí. Si había algo de amor, se transforma en esperar el momento para pedir un taxi, o un Uber (para quienes usan esa abominación).
Tonce: empecemos a cojer. El amor anda por ahí, dando vueltas.
Y no me salgan con "tener relaciones sexuales" y mariconadas por el estilo (al que le moleste la palabra "mariconada" que se deconstruya). G-A-R-C-H-A-R.
No se si se interpreta lo que quiero significar.
Saludos a todxs y que cojan mucho.

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