viernes, 1 de noviembre de 2019

DLIII

¿Por qué bailás la estela de mi estrella imposible
como si ver el mundo desde la velocidad candente
y la lejanía infame que te regaló el maíz
fuera parecido a despojarme del sueño cada vez?
Lloro, lloro, lloro
que seas la misma cada noche vestida de lino
ojos de algarrobo en la mañana y de arrayán en la noche

Es poca cosa revolotear tu mejilla como un ventarrón
para escapar montado en el polvo que te hace estremecer

Soy yo
que juego como chico derrapando la nariz en tus hombros
y muriéndome de risa con la cosquilla del beso

No digas más que el dolor es accesorio fértil de la lluvia
porque sufro de amor en la cúspide del espanto

Ay de tu boca libre y repentina
tan distinta al barco de pirata que zarpa de mis dedos
a conquistar el tesoro de tu cintura escarchada

No digas más
que hay un mundo en el mundo
porque no vivo más que en la luna que te orbita

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