domingo, 6 de octubre de 2019

DI

Es amargo el empeño en olvidarse,
en dejarse rondar la vida infame,
dice el dicho que el buey solo se lame
¡qué manera pueril de consolarse!

Gota a gota te arrojo a la deriva
ya no te quiero más, ya no te extraño,
ya dijiste que no, ya hiciste daño,
no pretendas que te haga llaga viva.

Hoy me despido yo, pasó la hora,
de soñar que tu espalda era un destino,
o tu boca posible y redentora;

ya sabrás quién te quiere, tan pequeña,
ya podrás regalar tus remolinos
sin fijarte si mi dolor te sueña.

No hay comentarios:

Publicar un comentario