miércoles, 23 de octubre de 2019

DXXXIV

Rendido a la sombra del sauce
enfrente, a lo lejos
pasa la vacada monótona y serena
y detrás el hombre que abreva la mañana
a paso lento y ardido de arreos

a un lado el arroyo
hilo de la vida líquida y perpetua
cuna del lagarto esquivo
florecido de piedra lustrosa, anciana
y musgos serranos nunca recorridos
lágrimas del pie tembloroso
y la piel deseosa de la fresca y la noche

muerdo la hierba tierna
el silencio hace vana la respiración suave
no se mira nada porque todo es un punto
una rúbrica sepia de la paz Real
el pasto sabe a la lengua cálida de una mujer
o al sudor de la espalda tras el orgasmo
y en la tierra húmeda tropieza el escarabajo
que monta el dorso de la mano
con el destino de la humanidad a cuestas

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