martes, 29 de octubre de 2019

DXLVI

Pena de la pena urgente
una conjura de náuseas se aloja en los ojos
como
jaurías irredimibles de olvidos
de desamores de otoños memorables
¿Dónde
dónde estabas ayer
y dónde querés ir a ver tu boca?
¿Acaso te abandona un náufrago
con sus ojeras blancas
y su mirada verde?

Novia del reproche amargo
a quien nunca fue menos que el pétalo
de esa noche siempre pasada
el día de diferencia
que ahora importa nada
nunca
nunca jamás supiste dónde termina un día
y yo
tan cruel tan vil tan ruin
fui quien no dejó morir la madrugada
hasta que fuimos dos de veras

Ahora que es tarde para cualquier cosa
no llores eso
no mi traición ni mi llanto
que ese
ese es mío y me lo gané
en la espalda del ave marítima
o en el desprecio de una bandurria
plena de sur celeste

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