Sube la ladera, cuerpo de ceniza,
lleva en la espalda el signo de los siglos,
inca poderosa, heredera del aire,
hecha lámina del monte en huellas antiguas
Sube, se deshace con su hato memorable,
se confunde en el fondo del cerro
con la tuna, bordada entre atardeceres
que rescatan al ser humano de la sed miserable
India entre todas, negra como tormenta,
sube hacia el pasado, invicta y heroica,
labrada por dioses más viejos que el río
que la canta en piedras hechizadas y propias
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