¿Será que no va a quedar de mí ni el olvido?
La muerte está siempre acicalada
mi terror de niño es mi caricia de viejo
saber que sí
que queda nada
más allá de tritones y abejorros
soñados por otrxs para mi gracia
Mientras tanto
hay un helecho y una paloma torcaza
con idéntico destino
por eso
sólo por eso
y por la libélula y la golondrina y la niña santa
y por los hijos encrucijados
y la compañera de siglos abandonada
riego la albahaca
y la vida gana
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