martes, 22 de octubre de 2019

DXXXII

Ni siquiera vas a abrir las persianas para ver si arde la noche
¿Acaso de comió los dedos el beso desacompasado del jazmín?
No, hermosa, no fui yo quien recogió los aromas de tus muslos,
apenas si puedo ver tus labios de arcilla sin desmayarme.

¿Escuchaste la música o sólo te abrigaste en tu pantomima?
Sabés que en la punta de la lengua llevo el sabor de tu mentón,
y en los dientes un resabio de tu mejilla sonriente y tierna
¿Sabés quién soy, libélula de arena y pelusa a contraluz?
¿Te imaginaste al menos una vez que mi cuerpo te reconoce?

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