martes, 24 de diciembre de 2019

DCLXI

Afluye la mañana con el aroma agreste
de tu voz raspada
desleída en poemas y vacilaciones en fa
como el Opus de una tormenta
que siempre arrecia en la espalda
donde pasa la lengua
mientras la mano se humedece de hierba
en el gesto amante
de la flor que clama por su abeja

Moriremos es cierto
un día no habrá noches ni luciérnagas
ni veremos el río empantanado de abrazos
cayendo en boca de Dios
que escupe el sol como regalo
para que te vea
mariposa de damasco seco
diamante en bruto que nadie va a pulir
sino sobre mi cadáver guerrero
dispuesto a ser tu brisa

No seré de nadie ya no
ni va a ser mía tu piel ni tu boca
no voy a darte lo que no valga el mundo
pero seré yo huérfano y pequeño
sólo para mí
y entonces en el cerezo ya bello
vas a saber cuánto amor
cabe en un solo beso

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