miércoles, 11 de diciembre de 2019

DCXXX

Es la silueta bárbara del muerto invisible
la que le corroe la espalda
le ahoga la voz como si el muerto fuera
y busca en agonía la palabra única
que no puede decirse sin penitencia
o sin extravío en la miseria

Ella
lanza como cuchillos sus plegarias sus ruegos
hijo querido mi amor tesoro te amo
pero le habla a otro
que quedó enredado entre cabos de cerezas
y que no distingue la sal del azúcar
porque ella
huérfana madre exiliada humillada herida
dejó su dulzor a mano del verdugo
que no puede existir en el Yo al que le habla
ni como olvido

Sabré
que me quiso me quiere me ama
pero es insuficiente
la flor del cactus fue un regalo a nadie
y las espinas hacen que cualquier abrazo
sea una quimera

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