domingo, 29 de diciembre de 2019

DCLXX

¿En qué calor estás exactamente ahora
que la tarde quema como tu boca brutal
o el malvón de tu sexo arremolinado
en sabor a naranja y caramelo?
¿En qué esquina, qué cuarto, qué brazos
se estará bronceando tu sueño de marfil
de ser más liviana que la pluma
que desprenden tus ojos invictos?

Yo viejo como estoy tuve en la mano
tu cintura intrépida y ferviente
demasiado regalo para quien llora tanto
demasiada belleza para un pétalo suelto
y
no obstante fue verdad que amanecías
que estabas en el mundo
como están las palomas en mi balcón
castigándome de belleza
sólo porque fui testigo de que tu ombligo
existe
y sabe a la guinda del hombre sin tregua
pero sin el hombre
y sin la guerra.

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