Lanzo
los ojos al horizonte costanero
quiero
quebrar es distancia ínfima
e
intransitable
porque
para desear primero hay que ser
y
un ojo volando a la tarde
es
el sentido único de la vista certera
¿Qué
hay allá, Dios, que tanto duele?
¿Cuál
fue mi amor más ligero
el
que nunca vas a perdonarme?
Quise
siempre resumirme
toda
versión de mí es una aberración
pero
detrás del horizonte debe haber algo
un
suspiro de amapola
que
me perdone
pero
no
hay forma de llagar ahí
y
no es tan cruel ser imperdonable
que
no saber si merezco perdones
o
una caricia limpia de mí
toda
otra
toda
inocente
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