jueves, 5 de diciembre de 2019

DCXVII

La alegría pasa por el ojo de de una aguja
pero no cabe en la cordillera invicta del ojo
cáustico
herido de cuerpos en descomposición
llorando sangre
como decía la abuela y lloraba
que su tierra era otra
pero no con la sangre que sólo a ella
a su muerte muerta
le correspondía
el día que decidiera arrebolar el mundo

Dulce vieja amarga flameante lienzo
pintado en ese atardecer
que nos vio sonreírnos
para que todo acabara en tu cuello desplomado
y en mi idiotez de niño crudo
que ni llorar sabía

Vamos
invitame a verte que te extraño tanto
que puedo caminas sobre las flores
del arrayán mustio
sin dejar marcas
invitame a esa muerte que te diste
¿por qué tan cruel conmigo
hada del mar irreparable?
¿Cuánto pude herir siendo saltamontes
de tu nudillo inolvidable?

Ahora hoy hace segundos o hace siglos
abuela
ella me dijo que iba a extrañarme
y yo
¿Cómo vivo con eso?
Contame el cuento de la galletita verde
o lo que quieras que me enseñe
a ser sombra como vos
tapar todo y dejar de ver el daño
que le hicimos a la vida porque sí

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