viernes, 13 de diciembre de 2019

DCXXXV

Fuiste a la puerta vestida de pasado
eras tan bella como la garceta en vuelo
tan impecable en tu abrazo de felpa
que te amé diez veces en la sombra ilesa
que dejaste erguida en mi boca marchita
sola para siempre desde ahora

Ya no puedo ver tu pelo cercenado
y no quiero otro
porque huele a llanto cada rincón
de esta casa muerta que no habita nada
flor que me abrió el surco a la vida
sólo para abandonarte
con mi miseria de soledades sucias
y he llorado tanto que no te recuerdo
no porque no pueda
sino porque todo me sabe a cenizas
cuando entiendo el pasmo de tus ojos libres
ante mi delito sin excusa
que te dejó sola sin argumentos
sin perdones

Si pudiera verte como te vi años
desharía el tiempo que te entristecí la vida
no tengo disculpas

Hoy vino al balcón una paloma
no es la torcacita de tu casa abandonada
pero vi tus frutos en mi vida infame
¿quién va a ser tan débil para abandonarse
a mi piel ruinosa de haberte amputado?
¿quién me querrá así
con amor de templo
y sin más argucias que la piel más suave
que haya visto el mundo?

Llegan vienen pasan las voces
que vaticinan un final para esta agonía
pero yo sé
que dejé mi alegría en tus sonrisas
y prefiero que te las quedes
porque sé que vas a cuidarlas mejor que yo
que sólo espero el día
en que no haya días

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