jueves, 12 de diciembre de 2019

DCXXXII

El hijo muere
nace
con su muerte engarzada en las encías
muere
como mueren la tortuga y el mosquito
y la verbena y todo lo que existe

Ese desgarro
ese territorio impensable
ante el que toda agonía es regocijo
ese tumor de espinas en el alma
esa aberración del pensamiento
es el ciclo inexorable
del hijo muerto para hacer espacio
a lo vivo que viene en reemplazo
muere
como un rezago en el barril
que calienta las manos alcohólicas
del indigente de muerte anticipada
como el panadero en el soplido
muere
con su muerte propia y sola
con su aroma a unx
tal vez
y ojalá
ya muerto y pasado

Nace la muerte
cuando nace el hijo
todo lo demás
es un paréntesis de besos
o desprecios
o ambas cosas

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