jueves, 12 de diciembre de 2019

DCXXXI

Ya no hay paloma
buen día reja
puerta inconducnte
terraza desgajada
medianera en desgano

Ya no hay albahaca
ni lagartija
buen día escalera
techo insano
balcón incoloro

Emerge del viento la palidez de un trino
un piar derrotado por bramidos de motores
y la pluma perpetua ya no rueda en el piso
despojada de madera morirá en la avenida
impotente retazo de ave contrariada

Y ya ni cielo queda para romper el alma
y ya ni alma queda para besar la mañana
tal vez en el sur viejo sigue recio el muelle
pero aquí sólo sangran dos gorriones
que juegan a cansarse de que el mundo gire

Luz
al amor desierto y pecado
arrumbado en violines
que acompañan el café negro
mientras su piel se sutura
en idas y vueltas por la cama
rodeada de perdones

¿Va a morir el agua también esta mañana
para que el día se seque del hambre continua?

Pasa un niño enfrente
que aproveche esa mano dulce
que lo lleva en silencio
a la muerte inexorable

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