martes, 31 de diciembre de 2019

DCLXXVIII

No voy a darme el lujo
de perdonarme
porque fui yo sólo yo
el hervidero de los rencores sucios
el desamor y la hemorragia de lo bello
patético hasta la indecencia
en mi irme de mí para increpar al día
en que ayunó la muerte
y me dejó seguir encorsetado
el un tallo de rosas impenetrable
fui
el padre del no estar para ser otro
a nadie quise para no empujarme
a dejar mi campana

No voy a darme el lujo
de amar nuevamente para dejar brasas
rostros inflamados de tristeza enquistada
manos extendidas sin rozar la tarde
porque nadie sabe
que detrás viene él el centinela
de las horas felices
quemándolas de la memoria
para que no haya huellas
ni razones para ser simplemente
un buen tipo

Me cansé de mí
me robé del calor
de la ternura
y del viento
y ahora hay que esperar
porque por suerte
termina

No hay comentarios:

Publicar un comentario