He decidido sospechar de toda espectacularidad, entendida como la
iteración permanente y bramada de la intimidad, vuelta afirmación
tan exacerbada que parece más una necesidad de ser reconocidx como
combatiente inclaudicable que una expresión de un sentir genuino.
Creo que la militancia abomina de la sobreactuación, como el amor y
el arte. Burke decía que lo sublime es ese estado del alma en el que
unx está tan lleno de su objeto que ya no le queda espacio para nada
más; probablemente sea lo más bello que ha dicho. Kant, en la
Crítica del Juicio, se robó medio Burke, despreciándolo, pero en
su lenguaje abigarrado dijo lo mismo. La militancia es, si el señor
Burke dio en el clavo, una de las manifestaciones de lo sublime, que
por la misma definición nos remite a la incompletud: hay más que
Yo; o mejor, sólo hay Yo en ese “más”; pero no es una
declaración, sino un estado, un estar, un devenir que no se declama,
porque precisamente no hay lenguaje sin distancia y quien necesita
recitar su pertenencia, su lugar, su espacio, si importancia, no
está, ni existe como modo de una plenitud contingente, parafraseando
a Spinoza. Es porque su nombre es irrelevante si debe pronunciarse
cada vez.
¿Cuántas veces es necesario repetirse parte del pueblo? Ninguna. Se
es pueblo en el silencio de la lucha y el abrazo, en la placidez de
la escucha y la ingravidez del “no he sido Yo”, sino nosotrxs.
El espectáculo es el todo. No la obra, que debe ser completada cada
vez, sino el show, la mostración de lo incompleto como si fuera una
totalidad con sentido. Lo es, de hecho y por eso empieza y acaba,
mientras la obra persiste. Hay quienes no pueden distinguir entre
obra y espectáculo y habitan lo segundo como si forjaran lo primero,
sin entender que es el ir y venir entre el uno y la otra lo que da
sentido al actuar, que es obra, en la cual hay Sujetx y no
protagonista. Le protagonista es lo otro de le Sujetx, pura sincronía
autocomplaciente.
Así, abro mi Feisbuc y llueven las ostentaciones del “Soy”,
repetidas una y otra vez. Eso es espectacularizar: decir “Soy” en
lugar de ser.
Seamos peronistas, pueblo, compañerxs, luchadorxs. No hace falta
decirlo todo el tiempo; más aun: decirlo todo el tiempo nos arranca
del ser, que es siendo, regalo, belleza, pensamiento, deseo.
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