miércoles, 4 de diciembre de 2019

DCXVI

Debajo del Pozo del Águila espera la piedra
el brazo se despelleja en la zarzamora
y espanta murciélagos insomnes
pero el agua fría y alfombrada de musgo
me acoge como tu voz a la noche
o tus ojos de fieltro que ven la casa vieja

Vos
hecha de mimbre y canela
tallo tierno que tapa el cielo
¿serías un cuerpo posible
alambrado de hebras de azúcar
y aromado de jazmín?

Sigo
muero en los muertos que vuelven
sangro en los heridos que claman
lloro sobre el llanto del hornero
que tiene tu alma
cerrada con llave en el barro seco
del nido brumoso del ombligo
que necesito besar para entenderte
y rezarle al arroyo
con tu mejilla apoyada en la espalda

Basta
basta de ir de ser de poder
no quiero que me olvides
como siempre pasa
pero el viento viene levantando pétalos
y todos
todos se me escapan de los dedos
y temo morir sin saber si eras
si sabías tanto como parecía
cuando yo lloraba

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