sábado, 22 de junio de 2019

CCLXVII

Intenté matarte con palabras
con esquinas desconocidas
y madrugadas húmedas 

Traté de que te fueras de golpe
o goteando en la cocina
mirando para atrás por última vez
o extraviada en vos
ligera y despojada

Te eché a los gritos
y con canciones tristes
Y con olor a cigarrillo en los dedos
Y con el simple y redentor olvido

Pero sos como el día
como la estrella que cada vez
a la una
se duerme sobre la medianera
inexorablemente 
como la voz del hijo que regresa
como la espuma del mar
como la tristeza

Doblo un recodo de la vida
imprevisible, recóndito
y ahí estás, iluminada y tiesa
como si nunca hubieras existido
sudando desvelos que se me pegan
me pringan la garganta
me despojan de mí

¿Cuál es el continente
la isla, la selva, la cúspide
que tengo que habitar para perderte?

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