domingo, 30 de junio de 2019

CCLXXXI

Hay huecos de quietud en la estela del tiempo
A veces son voces descorridas, grávidas
y otras veces simples ojos perdidos en una mesa

Pero siempre pasa que el mundo
se abstiene de sí para inventar un pétalo imposible
una boca drástica que augura destellos de luz en la arena del río
indeleble a las mareas y las estaciones

Y así se fisura el porvenir ingrato de lo que no es aun una ruina
con dos labios trepados a una luna ingobernable
que cuajan la noche en una sola estrella
y la pintan de rojo para que el cielo crezca un poco

No hay comentarios:

Publicar un comentario