miércoles, 5 de junio de 2019

CCXL

Niña siempre niña tersa y redentora
te envuelve la vida como el mar a la tarde
y los ojos te tiemblan mecidos por la pena
sobrantes destellos del principio del tiempo
mirando siempre más allá del mundo
una estampa sublime de tu propia gracia
de tu cuerpo insólito que rompe horizontes

¿Qué puede apenarte si tu estar es el cielo
y tu boca es la tregua que el silencio da al sueño?
Nunca llores sin verte reverdecer el día
ni te apenes por nadie que no quepa en un grano de arena
porque estás hecha del dibujo de todas las constelaciones
de la célula primordial del cerezo
Qué alguna vez fue sombra de mi niñez más tibia

Si te quema la espalda por la noche
no te inquietes
Son alas que te crecen por un rato
para que llegues durmiendo al inicio del beso
que te debe la vida

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