Ella es la pluma que baila
no hay fórmula capaz de asignarle un sitio
ni espacio en el mundo que la reclame
Una vez
soplada por Dios para mi mal
se posó en mi hombro
me acarició la mejilla y me perfumó de jazmín
y yo supe que el amor era
que había
Pero el terror centrifuga la vida
la añeja con silencio
y la mata con palabras indecentes
las únicas que sé
Cometí el error de romper mi promesa
la hice de niño para no morir de pena
y dije
y la pluma entendió que no valía
y volvió al aire que le correspondía
Hoy la veo cerca
ronda mi espalda y me desquicia
pero ya no aroma
ni quiere acariciarme
ya no es la pluma perdida
aunque sea la misma
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