lunes, 8 de julio de 2019

CCXCIV

Hay amores de luna, desvelados
y amores que perecen en la noche
Hay los que ostentan luz, como un derroche
de sudores y ardores desatados

Hay otros que se arropan en esquinas
al amparo del cielo encanecido
y otros, menos, que tuertos hacen nido
en ojos que alardean de su ruina

Pero hay los que no duran más que un beso
y en su enanismo errático hacen fuego
con el breve estertor incandescente

Amores que encandilan a los ciegos
pues emanan del centro de los huesos
y hacen brasas del tedio penitente

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