martes, 2 de julio de 2019

CCLXXXIII

Hay días sin adiós ni remedio
pasan degollados por el frío
y se pierden sin pena en la esquina del Turco
que duerme bajo cero en su frazada
y no se vuelve baldosa todavía

Otros días pasan en secreto
son como un ayer olvidado
o un pasado mañana apresurado
simplemente desocurren
y ni anochecer pueden porque no fueron

Los más son los días de ella
esos cierran ventanas al significado de todo
son siempre una boca imposible
o unos ojos despiadados y migratorios
que ven sólo el espasmo de un deseo
que dura eternidades en la sangre

Y hay días como hoy
rotos de amores y ternuras y tristezas
en los que cualquier deseo es puñalada
y cada súplica se castiga con soledad
pero no la tediosa soledad de la abulia
sino la que cuece la piel exacerbada
hasta que es imposible quererse
o creer que hay un sentido en ser algo

Baja la luz
se cierra el invierno en mi estrella del insomnio
se parte el terrón de azúcar de sus labios
cae el telón
y uno ve que no ha quedado nadie más

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