jueves, 4 de julio de 2019

CCLXXXVII

No le cupo otoñar a este año
se vistió de niebla el sudor indómito
porque ella trazó vuelos nuevos
y el tiempo se abstuvo de ser

Cada esperanza fue estampida
de lunas migrantes huyendo al río
y así la tierra infértil parió un niño
que murió de belleza en una helada
para que llorara el padre ignoto
y la madre ciega viera sus entrañas
rizadas de enconos mal curados

Pero el milagro de la hierba abrupta
resucitó vientos y órbitas
la niña imposible se besó los dedos
y me dio un amparo deslumbrante
para vaciar mi cuerpo en la casa
y regar silencios en la noche nueva
llenos de su boca de golondrina

No hay comentarios:

Publicar un comentario