domingo, 4 de agosto de 2019

CCCLXV

Cruza la esquina el Flaco con su bicicleta al hombro
ayer hizo petaca mi dinero cotidiano para volver a su cama en la cochera
hijo de la vereda desde que lo conozco
niño alguna vez derrocado por el padre ya vencido de lágrimas

Me contó una noche un cuento de un ser imposible
tras el fracaso en su intento de venderme su bicicleta
robada cerca del Abasto a una mujer imprudente
en el cuento había hermanos y madre y consuelos
que parecían de nadie si uno lo miraba un rato
pero el cuento terminó con el mangazo y el te la dejo en quinientos
No sé si habrá destinos que regateen sonrisas
nacimientos de nadies con nombres de destierro
pero el Flaco no tiene ya ni la pizzería para su cerveza
y ahora cruza la calle hacia ningún lado donde no lo espera nada

¿Por qué es tan crudo el tiempo con el desamparo?
¿Por qué lo aniquilado persiste en ser viajero?
¿Podría regalarle una noche de resguardo del frío o de sí mismo?
La esquina ya vacía se murió un poquito

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