sábado, 31 de agosto de 2019

CDXXXI

Hoy sólo me importa que el Río esté siendo
y que la paloma que aova en mis mañanas vuelva un día
a dejar su pluma candente de charcos y delirios
o que más allá del límite oriental de la memoria impía
haya un corazón silbando un tango de los míos
porque de irse se ha hecho mi vida infeliz

¿Habrá una ventana que sirva de abrigo a la tristeza?
En mi casa inerte sólo caen los días como pesadillas sudadas
y los pianos vuelan como única vida
mientras se relame la muerte debajo de los balcones
cada vez que fumo mi soledad de astronauta

Ya no hay hogar para mí en el la cursiva del tiempo
ni desarraigos más feroces que la sed que vivo
armado de letras como toda defensa
contra el ejército implacable del deseo amputado
que sólo se pierde y se pierde y migra sin despedida
al rincón inaccesible del amor
que ya no hay

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